02 julio 2012

El encanto de lo imperfecto



Hoy mientras daba unos retoques al blog que quiero presentar al concurso del Máster de Diseño Web de Gauss Multimediahe visto en Ateneu Popular una iniciativa loable. Tan loable como otras tantas que se ven en el día a día y que tratan de dar un poco de color al mundo gris en el que vivimos. Se trata de recuperar una tradición, un viejo oficio que ha quedado relegado al ostracismo tras la aparición de nuevas técnicas, nuevas tecnologías y nuevas formas de hacer las cosas. Este ostracismo ya de por sí ha contribuido a aportar un valor añadido a la técnica, un romanticismo que quizás cuando su uso era generalizado no tenía.

Cuando los estudiantes de diseño y los que nos gustaría dedicarnos a ésto, tratamos de vectorizar el mundo y evitar los logos en .jpg, parece que nos contradecimos a nosotros mismos cuando nos volvemos locos al ver un sello de caucho, cuando manchamos el papel con la imperfección de una chorro de tinta o cuando rompemos voluntariamente la perfección de un vector. Porque quizás, eso es lo que nos diferencia de una máquina, esa imperfección romántica, ese error buscado, esa mancha tan limpia... por eso muchos aún preferimos el ruido en una pantalla de cine, a la nitidez y perfección de un blue-ray.

Aplaudo así la iniciativa de la Familia Plómez añadiendo además, que no solo piden dinero para una causa bella, sino que si lo hacéis prometen recompensaros con regalos y agasajos.









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